El chocolate es chocolate
Ya sea un simple donut o un pastel relleno de glaseado, siempre que esté hecho de chocolate no pasará desapercibido. Los chocolates, deliciosos, tentadores, seductores, siempre le harán la boca agua y, al probarlos, se quedará con ganas de más. Pero, ¿qué es realmente la verdadera bondad del chocolate? ¿Se trata del sabor, de la textura o quizá del aroma? Tal vez sea todo eso. Puede que sea la deliciosa sensación al probarlo, puede que sea un pensamiento feliz que te lleva volando a la tierra de nunca jamás o puede que sea simplemente que el chocolate es eso... chocolate.
El chocolate es uno de los aperitivos más apreciados, un postre o incluso un alimento dietético. Siempre será rico en sabor, especialmente la variedad oscura y los chocolates artesanales. Como el paladar de cada uno difiere del de los demás, es difícil definir en qué consiste la verdadera bondad del chocolate. Pero se puede afirmar que los chocolates son siempre ricos en sabor y que ese dulzor hace cosquillas en las papilas gustativas con la cantidad justa de amargor para complementarlo, y cuanto menos se procese el chocolate, mejor sabor tendrá. Los chocolates son siempre ricos en sabor, y como el sabor se acerca mucho más a su forma original, el cacao, se dice que saben mejor.
En última instancia, no existe un indicador real de lo que es realmente la bondad del auténtico chocolate, pero como cada persona tiene gustos diferentes, a algunos les gusta más dulce, a otros más lácteo e incluso a otros más oscuro y un poco amargo, no hay nada que pueda cambiar el hecho de que cada persona tenga una definición diferente de lo delicioso que puede ser el chocolate a nivel personal. Al fin y al cabo, a casi todo el mundo le encanta, por lo que todo el mundo debe tener una definición común de lo delicioso que es el chocolate. Sea cual sea su forma, el momento del día en que se consuma o la manera en que se prepare, el chocolate es un manjar que sienta bien a todo el mundo.
El chocolate, con un aspecto delicioso y un sabor aún mejor, se adapta a cualquier ocasión, desde una simple merienda hasta una fiesta elegante, su sabor nunca pasará desapercibido y su bondad siempre le tentará a querer más. Aunque cada cual defina su sabor de forma diferente, todos estamos de acuerdo en que, en general, el chocolate sabe tan bien que a la mayoría nos costaría controlarnos, ya que un bocado nos llevaría siempre a otro y, sinceramente, haría falta una gran fuerza de voluntad para parar.